lunes, 3 de agosto de 2015

COMUNICACIÓN AUTÉNTICA

Serás Auténtico o no serás nada

En el mar de ofertas en el que nos vemos inmersos día a día, donde casi ya no apreciamos una oferta de la otra, me pregunto qué de toda ella, ya sean productos ya sean servicios, realmente vale la pena. O sea, qué de todo lo que puedo consumir tendrá un efecto verdaderamente sano, positivo y efectivo en mí.  Porque como me dijo un cliente una vez: ¨la vida se divide en dos grandes actividades: crear - sacar afuera lo mejor que tenemos y construir algo valioso para uno y para los demás -, y consumir - cosas valiosas para seguir alimentando nuestra creatividad y capacidad de darnos a nosotros mismos y a los demás -¨. 

Si, efectivamente, esta declaración me dejó pensando varios días, porque gracias a ella logré entender por qué siempre me molestó tanto consumir lo que no quería: ver películas o programas de la televisión porque simplemente estaban allí y era ¨lo que había para ver¨, comer algo porque era ¨lo único que podía pedir¨, escuchar música a todo volumen en un café o restaurante porque sólo ¨estaba¨, cuando en realidad lo que buscaba era tranquilidad y encontrarme a charlar con alguien querido sin sentir ese murmullo de fondo, leer todas las noticias y novedades que continuamente nos transmiten los medios y las redes porque tenía un rato de descanso y tenía el celular a mano para mirarlo.

Lo que realmente me interpeló fue: ¨¿por qué no puedo elegir lo que miro, leo, escucho?¨. Y me dí cuenta que elegir era difícil pero posible. Difícil porque vivimos en un momento en el que los contenidos para consumir abundan; sí, abundan tanto que ya no podemos apreciarlos, verlos, sentirlos, vivirlos, procesarlos. Ya no sabemos cómo ordenarlos en nuestras mentes y cómo realmente digerirlos para que realmente sean provechosos para nuestras vidas, nos sirvan de algo, nos construyan, y no tan sólo nos ¨distraigan¨. 

En este punto es donde me ubiqué del lado de quienes pensamos en qué comunicar, del lado de mis clientes, que me preguntan cómo hacen para que sus comunicaciones impacten, cómo hacen para que su marca realmente se posicione en un lugar privilegiado y sólido. Aquí, la única respuesta posible, desde mi punto de vista, es lograr que todo lo que una empresa sea, haga y comunique sea auténtico, coherente, verdadero. La única manera de diferenciarse en un mercado tan plagado de ofertas, es comunicar una visión de mundo detrás de todo lo que hacen y son, una visión de las cosas que realmente parta de lo más auténtico, lo más genuino de quienes conforman y construyen la empresa. De nada sirve contratar a un asesor de branding, marketing o publicidad que, sobre la base de unas líneas creativas y las tendencias del mercado, desarrolle una identidad increíblemente llamativa en sus formas pero completamente vacía en su fondo. Porque tarde o temprano ese ¨maquillaje¨ acabará por diluirse y dejará a la marca completamente desprovista. 

Conversando días atrás con un cliente que tiene mucho para ser auténtico pero que no logra comunicarlo, me dí cuenta de que la clave era ahondar en su autenticidad, ahondar en lo que estaba escondido y no se animaba a sacar a la luz. Que la clave del éxito para no ser una oferta más que pase desapercibida entre tantas, era salir a comunicar desde esa ¨sal y pimienta¨ tan propia y única a cada uno y a cada empresa, salir a comunicar que lo que esa empresa tiene para ofrecer y decir no se copia de ningún lado, sino que se explora desde lo más visceral del interior de la organización, y luego se lo compara con lo que el afuera está buscando o esperando. 

Sólo la Autenticidad tiene el poder de impactar en las comunicaciones, y lograr lazos sólidos y de largo plazo. Sólo la autenticidad es capaz de encender una antorcha en medio de tantos contenidos, y ofrecer un consumo que construya, alimente, enseñe, vivifique, sirva y logre generar algún cambio positivo en nosotros. 

Ahora se habla mucho sobre las ¨Marcas Sustentables¨, es decir, las marcas que dejan huellas, aportan a la comunidad, logran reunir a la gente en causas comunes. Estoy profundamente convencida de que esta sustentabilidad sólo será efectiva y verdadera si encuentra sus raíces en la tan apreciada Autenticidad. 



 

 


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