viernes, 14 de agosto de 2015

COMUNICACIÓN & MANAGEMENT

Managers, Comunicadores & Coaches

Qué importante que son los sistemas, los engranajes bien aceitados. En todo ámbito: empezando por uno mismo, siguiendo por la familia, por los amigos, los colegas, y terminando con las organizaciones. Qué importante es que funcionen las partes coordinadas con el todo. Como dice mi gran colega y amiga Ingrid Astiz, qué importante es que el intelecto y el cuerpo, junto con las emociones, acompañen nuestras decisiones y acciones.

Claro, en el ámbito más privado parecería que podemos permitirnos más explayar nuestras emociones y alinearlas a nuestros pensamientos y deseos. Pero el ámbito profesional, parecería ser que debería cumplir sólo con el pensar y el hacer. Y muchos sistemas organizacionales - chicos, medianos o grandes -, tratan de convencernos de lo que una vez una persona muy querida me aconsejó al inicio de mi vida profesional: ¨Tere, cuando atravieses la puerta de tu lugar de trabajo, lo primero que tenés que buscar es el perchero¨. ¨¿Para qué?¨, le pregunté. Y sin dudar me dijo: ¨Para colgar tus emciones¨. Y! en ese momento - y hasta hace no mucho -, creí que era el mejor consejo de mi vida. Y traté de aplicarlo durante largos años, convencida de que ¨colgando mis emociones en un perchero¨ sólo mi mente y mi lógica de pensamiento me llevarían a los mejores puertos. 

Pero por fortuna, mi propia esencia enterró este mito. Sí, lo enterró! Porque más emocional que yo, me ha costado encontrar. Y me fue imposible escaparle a escuchar mis emociones y mi intuición en todas y cada una de las situaciones que me han tocado atravesar. Imposible no ponerle corazón a la razón, a lo que tenía enfrente. ¿Cómo hacerlo? Nunca pude. Porque el pálpito siempre esta ahí, omnipresente y casi amo y señor de las decisiones. 

Y aquí llego al punto neurálgico de la cuestión: si escuchamos nuestra intuición y emoción, la mayoría de las veces deberíamos actuar contrariamente e ilógicamente a lo que nos dice la razón. Sí! Lo tengo testeadísimo. Siempre digo que las decisiones más importantes de mi vida fueron un lanzamiento al vacío racionalmente hablando; y a lo seguro partiendo de lo emocional. Un lanzamiento literal a ser verdaderamente libre de elegir y de transformarme y transformar. Un ¨vacío¨ lleno de sentido que no sólo tenía incidencia en mi vida, sino en la de las personas de las cuales formaba parte, como un sistema y un engranaje sólido y potente. 

Lo mismo traslado a las organizaciones. Me pregunto: ¨Aunque hoy abundan los comunicadores - yo incluida -, coaches, counsellors, psicólogos de empresa y capacitadores de managers, porque es tendencia ¨couchearse¨ y ¨comunicar desde las emociones¨, ¿realmente los líderes están dispuestos a encontrarse con sus propias emociones para tomar decisiones desde un lugar visceral alineado a su razón, aún tomando riesgos lógicamente imposibles? ¿están dispuestos los líderes a generar un cambio más profundo primero en ellos mismos, empoderando luego a su gente, dándole real protagonismo, para que ellos también lideren desde todas sus dimensiones? ¿realmente están dispuestos a poner el cuerpo y el alma para que lo que hacen trascienda, tenga un sentido? ¿creen verdaderamente que los resultados y la abundancia llegan cuando las emociones pasan a ser protagonistas y parte esencial del engranaje y del negocio mismo?¨.

Un cliente que admiro profundamente logró un salto cualitativo en sus resultados económicos cuando se dió cuenta de que los resultados dependían directa y tangencialmente del verdadero paso: cambiar él mismo, esforzarse en su propia persona generando un cambio profundo, desde sus propios esquemas de creencias, confiando en sus emociones, escuchando su razón, y decidiendo aún imposibles. Porque sólo así era capaz de trasladar esto a su gente y hacerla protagonista; sin escatimar, compartiendo, co-creando, confiando en que ¨todo lo que se comparte se multiplica¨. Le hago honor a esta persona y a Ingrid, quienes me confirmaron que esta visión había estado queriendo instalarse en mí toda mi vida!

Entonces, volviendo al título de esta nota, quiero decir que de nada sirve invertir en comunicación o en múltiples coaches, si el manager no está dispuesto a involucrarse hasta las últimas consecuencias llevando adelante cambios intrínsecos y complejos, en él y en su gente. ¿Es fácil? No, muy difícil. Pero tanto como la vida misma. Como dice un autor que leí hace muchos años Scott Peck, en las primeras líneas de su libro, ¨La vida es compleja. Pero vale la pena descifrarla¨. Así, como bien pregona mi cliente, si hay involucramiento, bienvenida la inversión en un trabajo conjunto entre managers, couches y comunicadores! Bienvenidos a este trabajo apasionante de transformar las organizaciones aunando esfuerzos entre todos los que pensamos estrategias y campañas de comunicación, los que movilizan a la gente, los que capacitan, los que acompañan, para que el manager construya una organización exitosa, sólida, rentable y, por qué no, Feliz.

   

Gestión & Comunicación

¿Estaremos eternamente cuestionados los comunicadores? ¿Nos creerán algún día que comunicar es una profesión a la altura de la del abogado, el contador, el financiero, el comercial? ¿Se llegará a ver que comunicar es gestionar y no tan sólo informar? Y más aún, ¿nos creerán que comunicar es ser auténtico y no un vil ¨maquillador¨? 

La Misión que día a día llevo adelante es un real desafío.

Sí, comunicar es ante todo gestionar. Gestionar las relaciones que una empresa necesita entablar para que le vaya bien. Porque las empresas no están libradas a ellas mismas. Necesitan de personas y profesionales que les den el visto bueno y la aprobación de que lo que hacen tiene valor; valor económico, valor financiero, valor simbólico, valor cultural, valor social... Y para estar 100% seguros de que mucha gente le da valor a lo que somos y hacemos, es necesario gestionar todas las relaciones que inciden directa o indirectamente en nuestro negocio. Es necesario confirmar una y otra vez que ese valor otorgado desde adentro, por nuestros colaboradores, y desde afuera, por clientes, aliados,proveedores, comunidad, gobierno, etc., es lo que constituye la imagen y la reputación que finalmente marcan la diferencia y hacen que nos instalemos en los mercados con fuerza y solidez.

Sí, comunicar es gestionar las relaciones. Pero no de cualquier tipo, sino verdaderamente auténticas. Y he aquí el quid de la cuestión y lo más arduo.

Hoy conversaba con un cliente Pyme sobre cómo rearmar el área de ¨marketing¨, como le llaman a la comunicación hoy en día. Se llame marketing, se llame comunicación, el gran dilema era qué lugar debía ocupar la comunicación en una empresa que viene creciendo a pazos agigantados; qué rol y qué funciones debían tomar quienes diseñan, quienes redactan, quienes postean en las redes, quienes convocan a la prensa, quienes pautan avisos publicitarios, quienes redactan... ¨¿Qué lugar deben tomar cada una de estas personas? ¿de quién tienen que depender? ¿Es realmente necesario que tomemos un directivo en comunicación que interactúe al mismo nivel que el director comercial, de producción, logística o financiero? Pero... ¿sí? ¿te parece? ¿es realmente necesario?¨... 
Y esta pregunta quedó flotando durante las 2horas de reunión... mi cliente no estaba del todo convencido de esto... Todavía dudaba si realmente no lo estaba incitando a tirar el dinero a la basura... 

Finalmente, como por arte mágico, una metáfora vino a mi mente: ¨¿Qué sucedería si tenés un terreno para construir una casa y para hacerlo llamás primero al albañil, al electricista, al gasista, al decorador de interiores y exteriores, al jardinero, al proveedor de materiales de construcción...? ¿Qué sucedería si les pedís que empiecen a hacer su trabajo?¨.... ¨No sabrían por dónde empezar porque no tienen quién los dirija, ni la casa hecha¨- me respondió. A lo cual agregué: ¨Efectivamente, sin un arquitecto maestro mayor de obra e ingeniero que diagnostique el terreno y qué casa querés, que haga los planos y luego dirija la obra, es imposible que estas personas, a las que ya les estás pagando, hagan algo productivo y que cumplan con lo que querés¨. Además, si ese arquitecto no conoce la personalidad del dueño de la casa, nunca va a construir una casa que refleje su estilo; y probablemente si no lo conoce, hará una casa neutra, sin personalidad, o increíblemente creativa, pero totalmente contraria a lo que el dueño quería.

En este minuto, mi cliente quedó perplejo, y acabó dibujando un esquema donde perfectamente ubicó a todos sus comunicadores en el lugar correcto y, por supuesto y más importante, terminó incluyendo un ¨maestro de obra¨ o director de comunicaciones al frente de todos ellos. Suspiró y dijo: ¨Claro, ahora entiendo.... La comunicación entonces no sólo va de ser creativo, informar, hacer... va de poder usarla para relacionarme bien con cada interlocutor... va de analizar quién soy, qué quiero, a dónde voy, qué digo... Va de ser coherente y decir y hacer algo auténtico¨.

 



 

3 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bueno!! Hay que empezar de adentro hacia afuera!

Dra Karina Pesce dijo...

Gracias! muy buena nota!!

Ingrid Astiz dijo...

Felicitaciones por el blog!